El ciclismo como todos sabemos es un deporte que exige un alto nivel de rendimiento físico y resistencia. Para los ciclistas, mantener un equilibrio adecuado de nutrientes es esencial para optimizar su desempeño y recuperación. Entre estos nutrientes clave, el zinc desempeña un papel fundamental en la salud general y el rendimiento deportivo. En el contexto del ciclismo, el zinc desempeña varios roles cruciales. Metabolismo de la energía: El zinc es necesario para la metabolización de carbohidratos, grasas y proteínas, que son las principales fuentes de energía para los ciclistas durante el ejercicio prolongado. Un adecuado metabolismo energético es vital para mantener la resistencia y el rendimiento óptimos. Función inmunológica: El ejercicio intenso puede suprimir temporalmente el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermedades e infecciones. El zinc desempeña un papel integral en el rendimiento y la salud general de los ciclistas.
Desempeña un papel crucial en la regeneración de los tejidos celulares y en la síntesis del ADN. Dicho de otro modo, su aporte adecuado nos garantiza el crecimiento y el desarrollo correcto en la infancia y sustituye las células viejas por otras. El principal problema es que nuestro organismo ni lo fabrica ni dispone de un órgano para almacenarlo. En general, para mujeres, la dosis recomendada es de 8 mg; y para los hombres, la cantidad idónea sería 11 mg. No obstante, debemos tener en cuenta el fitato que suele estar presente en legumbres y alimentos integrales. Este compuesto puede impedir que el organismo absorba el zinc y, por lo tanto, reduce su biodisponibilidad. Si se llega a una deficiencia de zinc, puede darse algunos de los efectos siguientes. Los alimentos que representan una buena fuente de zinc son la carne de ternera y cerdo, las aves, el marisco y el pescado. Entre ellos destacamos la avena, el arroz salvaje, el germen de trigo, los anacardos y las nueces pecanas.
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